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Italia y España, la tercera y la quarta economía de la zona euro en cuanto a la superficie, eligieron caminos distintos para salir de la recesión grave tras la crisis financiera. La estabilización temprana de balances bancarios tras la ruptura de la burbuja inmobiliaria junto con las reformas para el aumento de la competitividad dieron a España la ventaja sobre Italia

Aunque el futuro político, tanto de Matteo Renzi, como de Mariano Rajoy, en el puesto de Presidente de Gobierno permanece ambiguo, los buenos resultados de ambas economías son evidentemente indudables  – leemos en el diaro económico varsoviano ¨Parkiet¨.

Italia y España, la tercera y la quarta economía de la zona euro en cuanto a la superficie, eligieron caminos distintos para salir de la recesión grave tras la crisis financiera. La estabilización temprana de balances bancarios tras la ruptura de la burbuja inmobiliaria junto con las reformas para el aumento de la competitividad dieron a España la ventaja sobre Italia. Los continciosos jurídicos en Italia retrasan la tasa de crecimiento, que ya antes era bastante débil.

España puede mejorar su situación en la zona euro porque los problemas de su sector bancario tienen carácter internacional y su tasa de crecimiento es sólida – dice Mark Dowding de la empresa londinense BlueBay Asset Management, que gestiona los bienes valorados en 55 mld USD y dispone de las obligaciones financieras tanto españolas, como italianas. En cambio, Italia sigue luchando contra el nivel alto de endeudamiento, el crecimiento débil y los problemas permanentes del sector bancario – añadió.

A pesar de que el primer ministro Renzi desde el año 2014 liberalizó el mercado laboral e intenta mejorar la burocracia, esto no basta para combatir la tendencia negativa. El primer ministro Rajoy en 2012 introdujo la reforma controvertida que facilitaba el despido de los empleados y, sobre todo, con el importe de 41 mld euro capitalizó los bancos endeudados. En primer lugar, dicha actividad provocó la recuperación de la exportación, luego también de las inversiones y de la demanda.